martes, 29 de junio de 2010

Huellas pasajeras

Otro punto de vista.

LA EXCUSA DEL INVENTO YA INVENTADO LLAMADO EDUCACIÓN.-

Tenemos problemas, deficiencias, obstáculos que no sabemos cómo salvar en el colegio, en la carretera, en la rutina de la vida social diaria, en el Estado…La economía va mal, el comportamiento de los jóvenes y niños en sistema educativo no es precisamente el más ejemplar, las carreteras están cada vez más llenas de accidentes de tráfico que no sabemos como solucionar, el problema de la generación de residuos y la suciedad de nuestros pueblos y ciudades no termina de resolverse…
Son tan sólo algunos de los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos día a día y no sabemos cómo solucionar. Tod@s criticamos a los responsables de dirigir el país, de regular el tráfico, de la gestión del sistema de limpieza o el sistema educativo y tod@s tenemos debajo de la manga miles de soluciones que creemos que podrían funcionar. Sin embargo, a pesar de que esos disfrazados de responsables (porque realmente lo que se dice responder no responden de nada) parecen tener las ideas muy claras cuando hacen comparecencias públicas, ante la persistencia de los problemas no les queda otra salida por respuesta que decir que no es fácil encontrar o inventar una solución a problemas tan serios y difíciles de resolver.

Está claro que es muy cómodo y fácil ver los toros desde la barrera y criticar desde nuestros sillones es muy sencillo, desde el anonimato, sin ninguna responsabilidad. Pero también es cierto que no se nos puede engañar con tan vanas excusas. Porque es cierto que cada país y cada sociedad presenta sus propias particularidades, pero no creo que seamos tan distintos al resto de los países europeos. Y si ellos funcionan bien ¿por qué no copiarlos? ¿Por qué empecinarnos en tener que inventar nada nuevo para resolver problemas que han tenido o tienen otros países y los han resuelto o al menos los han reducido? ¿Es que tenemos que ser especiales? Tenemos ejemplos envidiables en los países nórdicos por ejemplo, u otros países centroeuropeos, como Suiza, que deberían servirnos al menos de guía para conocer el camino que debemos emprender.

Creo que no existe ninguna panacea ni ninguna receta milagrosa ni sencilla que nos saque de apuros sin esfuerzo. Pero hacer el esfuerzo aplicando algo que se sabe que ya ha funcionado en otros países vecinos supongo que da cierta garantía de éxito y no resta nada de orgullo. Todo lo contrario, representa cierta habilidad e inteligencia. Alguien dijo alguna vez que para llegar a la excelencia siempre será más fácil desde el éxito que desde el fracaso.

Entonces, si los países nórdicos, por ejemplo, ya han implantado un sistema de reciclaje consistente en el abono del precio de los envases vacíos a través de máquinas expendedoras, ¿por qué no hacerlo en España también? Todos sabemos que los españoles no somos como el resto de europeos en muchos sentidos, pero cuando nos tocan el bolsillo todo cambia.

¿Y por qué tienen esos países extranjeros las puertas de los colegios abiertas y no se escapa ningún niño? ¿Es porque los niños extranjeros son más listos? No creo que esa la cuestión. ¿Por qué en el resto de Europa no se fuma en los establecimientos públicos donde está prohibido y los fumadores salen a la calle aunque esté lloviendo? ¿Es que acaso tienen los extranjeros menos ganas de fumar que los españoles o están más acostumbrados a sufrir las inclemencias meteorológicas? ¿Por qué en general en otros países se respetan más las normas?

No creo que sea ningún invento, enigma ni descubrimiento. Se trata simplemente de EDUCACIÓN. Podremos arreglar entuertos de otra forma, usando otros medios, pero mientras no exista una educación sólida y coherente estaremos construyendo castillos de arena, que durarán lo que tarda una ola en llegar y arrasarlos de nuevo. El respeto, el cumplimiento de las normas, la coherencia, y la implantación de valores sólo pueden venir de la mano de un sistema educativo robusto y consistente que comience a desplegarse en los primeros momentos de la vida de las personas, se mantenga y evolucione hasta edades más avanzadas. De nada sirve intentar mentalizar a un conductor infractor de 18 ó 20 años de que no debe sobrepasar los límites de velocidad si jamás antes vio que eso tuviera que ser necesariamente cumplido, nadie le hizo ver las ventajas de obedecer la norma y además vio cómo aquellos que ahora le dicen que la cumpla se la saltan de forma sistemática. De nada sirve decirle a un niño que tire los papeles a la papelera cuando va con su padre en el coche y ve cómo éste arroja por la ventanilla el paquete de tabaco vacío.

Y sí, podemos pensar que las cuestiones de educación son complicadas y nada fáciles de atacar. Pero no son imposibles. Otros ya lo han logrado. De hecho, las cosas que realmente nos interesan sí nos proponemos alcanzarlas. No hay más que ver cómo bebés que apenas tienen uso de razón ya cantan el himno del equipo de fútbol de su padre. Si podemos inculcarles otras cosas, también podemos educarlos y hacer del futuro una sociedad más civilizada.

L28/06/2010.