jueves, 30 de septiembre de 2010

Misterio de la Vida.

A menudo llevamos vidas frenéticas, corriendo de un lado para otro, trabajando para mejorar, luchando para cambiar las cosas, estresados por llegar a tiempo a cada cita y a veces se nos olvida parar un momento y reflexionar.

Y bueno, creo que está bien luchar por unas metas, intentar mejorar esta vida y ambicionar nuevos objetivos. Me parecen aspiraciones lícitas y legítimas.

Sin embargo, tengo la sensación de que muchas veces nos obcecamos tanto por anhelar y conseguir lo que no tenemos, que ni siquiera tenemos el tiempo ni la consciencia de reflexionar sobre lo valioso que es todo lo que ya tenemos. Tenemos montañas de cosas que no tienen precio, que no se compran con dinero pero son las que más valen. Y no me refiero tan sólo a los logros que hemos conseguido gracias a nuestro esfuerzo y la suerte del destino. Me refiero también a cosas básicas, casi insignificantes, que ocurren a diario y de forma repetida, incluso de forma involuntaria, pero nos dan la vida:

En muy pocas ocasiones nos sentimos afortunados por el simple hecho de poder respirar, de tener un aparato circulatorio, digestivo… en pleno funcionamiento, de haber nacido en un mundo “desarrollado” donde no se pasa hambre (al menos de forma voluntaria), donde “casualmente” estamos rodeados de gente que nos quiere cuando muchas otras personas se encuentran solas, sin familia, sin amigos…..

Sí, son cosas aparentemente sencillas pero de hecho bastante complicadas. Si no somos conscientes de ello, sólo tenemos que ver lo complicado que resulta resolver ciertos problemas de salud cuando aparecen y lo sencillo que es vivir cuando todo marcha bien. Nuestro nacimiento y nuestra propia existencia son un milagro de la vida, un misterio profundamente potente que la ciencia no termina de explicar completamente. Y sin embargo con frecuencia lo infravaloramos en detrimento de esas otras aspiraciones que tan ocupados nos tienen. ¿No nos damos cuenta de que sin esas “grandes” metas podemos vivir y sin esas otras cosas “simples y sencillas” nada de lo demás tiene sentido?

Por eso, hoy quiero manifestar mi agradecimiento por haber nacido, por haberme tocado la lotería de caer en la familia que caí, por poder disfrutar de un estado de salud inmejorable, por estar rodeada de gente que me quiere y me aporta felicidad, por haber tenido la oportunidad de tener una formación intelectual y moral apropiada, por tener alimento cada día, por tantas y tantas cosas, que puedo resumirlas en una sola: GRACIAS AL MISTERIO DE LA VIDA POR LA EXISTENCIA Y LA FELICIDAD.

J02/09/2010.

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